Una fanática de los boliches, que abandonó la secundaria
- Diario Clarín
- 1 may 2014
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La vida de Melina Romero, de 17 años, no tiene rumbo. Hija de padres separados, dejó de estudiar hace dos años y desde entonces nunca trabajó. Según sus amigos, suele pasarse la mayoría del tiempo en la calle con chicas de su edad o yendo a bailar, tanto al turno matiné como a la noche, con amigos más grandes. En su casa nadie controló jamás sus horarios y más de una vez se peleó con su mamá y desapareció unos días. La chica mide 1,72 metro, usa el cabello corto y se hizo cuatro piercings: dos aritos en la nariz, uno en la lengua y otro arriba del labio superior. En el omóplato derecho se tatuó un corazón con el nombre de sus padres. A “Meli”, como la llaman sus amigas, le gustan muchos las redes sociales y tiene cinco perfiles de Facebook.
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El perfil de la víctima se construye de forma negativa. Al igual que en el caso de Paulina los datos podrían justificar los hechos – fiesta, drogas y alcohol-. El entorno y el lugar donde se encontraba la victima podrían indicar que ambas tuvieron responsabilidad de sus propias muertes.
No se hace referencia a Melina como víctima de femicidio, pero si se la describe como una chica que nunca trabajo, dejo la escuela, no tenía horarios y le gustaba salir a bailar.
La descripción física –pircings, tatuajes, estatura, corte de pelo - y su gusto por las redes sociales “tenía 5 facebooks” califica a la víctima y refuerza el estereotipo de mujer que le puede pasar.
La descripción del cuerpo en estado de descomposición es morboso, no aporta datos relevantes a la noticia y revictimiza a la víctima. Además los detalles remarcan el desprecio por la vida de la mujer y el descarte del cuerpo como residuo.
A partir de los datos aportados por al menos dos testigos, se determinó que a Melina la habrían matado porque se negó a tener relaciones sexuales con un grupo de conocidos en la casa de uno de los cuatro sospechosos detenidos, en localidad de Pablo Podestá. Luego que la mataron, según declaró una amiga de la víctima, los asesinos le ataron piedras, la pusieron dentro de una bolsa de consorcio y la arrojaron en las inmediaciones de la desembocadura del arroyo.
Debido a que el proceso natural por la descomposición de un cuerpo deriva en la generación de gases, después de muchos días en el agua, el cadáver se hinchó y salió a la superficie. Tan importante fue el deterioro del cuerpo provocado por la acción del agua y el proceso de descomposición que el cadáver no pudo ser reconocido por los padres de la víctima.
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